VIDA EN PAREJA-AMOR Y DINERO-LA RELACIÓN CON LOS AMIGOS

Vivir en pareja significa también aprender a gestionar los pequeños y grandes asuntos cotidianos. El primero entre todos ellos es la gestión económica de la vida familiar, precisamente el aspecto más espinoso, que suele provocar alguna crisis en más de una pareja. Para evitar problemas al respecto, lo más conveniente es hablar sobre ello desde el primer momento y llegar a un acuerdo en el seno de la pareja. Cuando la administración familiar es asumida por uno solo de sus miembros, puede acabar convirtiéndose en una forma de manifestar poder sobre el integrante de la relación.

Lo ideal es compartir también esta faceta de la vida en pareja, quizá delegando la parte de mayor envergadura de la gestión económica en quien esté más habituado a ocuparse de los números, pero tomando las decisiones importantes de forma conjunta.

En lo que se refiere a los gastos individuales, una buena solución sería que cada uno dispusiera de una cuenta corriente personal, que controle automáticamente y que sirve para que se sienta libre para ahorrar o gastar a su conveniencia; paralelamente, se puede ingresar una suma en un fondo destinado a la vida en común. No es tan importante quien participa más en el sustento económico de la pareja, como que cada uno contribuya como puede a hacer frente a los gastos comunes.

Hoy, ¿salimos con mis amigos o con los tuyos?. Esta es una de las preguntas más habituales cuando una pareja decide vivir bajo el mismo techo. Y, al menos que los amigos sean comunes, cada uno de los dos compañeros luchará por imponer los suyos propios, convencido de que, en el fondo, son mejores y más simpáticos que los del otro. De esta manera, una potencialmente agradable velada en compañía puede transformarse en motivo de más de una discusión.

Para evitar este tipo de situaciones, es necesario cambiar de mentalidad. Cuando dos personas deciden compartir todos los aspectos de la vida en común, deben situar en primer lugar su relación de pareja. Y eso es algo que ambos miembros no deben olvidar, ni siquiera cuando se trata de seguir relacionándose con los amigos de siempre. En otras palabras, cada uno debe de ser libre de cultivar las amistades que desee, pero no de imponerlas al compañero. Ni pedir a la persona con la que vive que la acepte en nombre del amor que siente por él o ella. La pareja es una relación de dos. Y es ésta la que debe anteponerse a las demás. Los amigos deberían situarse en segundo plano, sin que ello signifique renunciar a ellos.

Administrar juntos y compartir o respetar los amigos es parte de la relación de pareja, si lo hacemos, ayudaremos a mantener la estabilidad de la relación de pareja. Saludos