ANTIBIÓTICOS 1

Hábitos saludables para cuerpo, mente, vida y salud de hoy día.
Los antibióticos son el arma más potente contra las bacterias que causan enfermedades, pero no convienen abusar de ellos.

COMO ACTUAN

Los antibióticos son fármacos capaces de atacar y acabar con diversas bacterias peligrosas, es decir, que pueden causar distintas enfermedades. Actúan de forma diversa, en función del tipo de antibiótico del que se trate. Pueden destruir la pared bacteriana o atacar las proteínas o el material genético de los gérmenes.

El antibiótico más antiguo, el primero que fue utilizado, es la penicilina, descubierta en 1928 por Alexander Fleming. Hoy existen más de 160 distintos, cada uno con indicaciones muy precisas, es decir, que son más efectivos contra unos gérmenes que contra otros.

CUÁNDO NO FUNCIONAN

 El problema de los antibióticos es que las bacterias han aprendido a defenderse de ellos. Tras años de contacto con estas medicinas, los gérmenes han desarrollado un sistema de protección que convierte en inútiles a los antibióticos en diversos casos. Es lo que los expertos llaman el fenómeno de la resistencia. Las bacterias se han vuelto insensibles a la acción de diversos antibióticos que dejan de ser eficaces para atacar y eliminar los microorganismos.
El problema está bastante difundido. Basta con que un único germen se convierta en resistente a un antibiótico para que esta característica sea ¨heredada¨por bacterias del mismo tipo.
Cada vez más bacterias han aprendido a defenderse y lo hacen incluso de antibióticos nuevos y potentes.

INEFICACES CONTRA LOS VIRUS

Los antibióticos no son capaces de matar a los virus. Por eso, no deben utilizarse contra enfermedades víricas. En caso de resfriado, gripe o muchas formas de dolor de garganta, basta con tomar un medicamento específico contra los síntomas (dolor muscular y de huesos, fiebre, etc,) para encontrarse mejor en pocos días.

Los antibióticos deben utilizarse sólo si se manifiestan otras infecciones causadas por bacterias, además de la enfermedad viral bronquitis o broncopulmonía). El médico debe indicar cual es el más recomendado en cada caso.

LAS SUPER BACTERIAS

Que una bacteria sea resistente no significa que sea insensible a todos los antibióticos. Cada germen es, de hecho, capaz de defenderse de uno o, como máximo, de algunos fármacos. No existen, en definitiva, microorganismos insensibles a todas las sustancias conocidas, aunque se hayan descubierto super bacterias resistentes a muchos antibióticos.

En algunos casos, los gérmenes son del todo insensible a un antibiotico concreto, a no ser que se ingieran dosis muy elevadas del mismo. En estos casos, se habla de resistencia intermedia, pues las bacterias ceden ante cantidades bastante alta del fármaco.

RESPETA LOS HORARIOS

Nunca debe abandonarse un tratamiento a base de antibióticos antes de tiempo. Cuando los síntomas y el malestar se atenúen, mucha gente opta por dejar la medicación. En el caso de los antibióticos, sin embargo, es fundamental seguir tomándolos todo el tiempo indicado por el médico, de lo contrario se corre el riesgo de que los gérmenes que no hayan sido por completo debilitados se refuercen y se conviertan en resistentes a la medicina utilizada. Por la misma razón, los antibióticos deben tomarse con un horario establecido, de hecho, sólo si la concentración del fármaco en la sangre es constante, es posible matar a todos los gérmenes que, de lo contrario, pueden reorganizarse y volverse  insensibles a él.

APRENDE A UTILIZARLOS

Recurrir demasiado a los antibióticos significa aumentar las posibilidades de contacto entre estos y los gérmenes, que tienen así más opciones de aprender a defenderse de ellos. De ahí que este tipo de fármacos deban ser ingeridos con moderación y sólo cuando son verdaderamente necesarios. Lo más conveniente es consultar siempre con el médico antes de consumirlos. De todos modos, algunas indicaciones específicas pueden ayudar a no abusar de los antibióticos de forma voluntaria.